El lugar de nacimiento de Ana no se sabe con seguridad aunque debió ser en la residencia que la familia tenía en Norfolk, en el condado de Essex. Tampoco se conoce la fecha exacta de su nacimiento, situándose la misma entre 1501-1507. En mi opinión su fecha de nacimiento es en 1501 coincidiendo con algún historiador británico que la sitúa en ese año.
Era hija de Sir Thomas Bolena, primer conde de Wiltshire y también conde de Ormond. Su madre era Isabel Bolena, hija del segundo duque de Norflok.
La familia de los Bolena era muy respetada en la aristocracia inglesa. Sir Thomas era un diplomático muy valorado por su dominio de varias lenguas, esto le permitió ser muy conocido en toda Europa. Ana era la segunda de tres hijos que tuvo el matrimonio. Con su hermana mayor María tenía una buena relación, pero con quien mejor se entendía era con su hermano menor George.
Desde pequeña tuvo una buena educación y se le preparó para que pudiera casarse algún día con gente de estamentos aristocráticos más elevados que el suyo. Ana destacaba en algunas materias educativas, siendo muy hábil en el manejo de las artes escénicas. A pesar de su juventud declamaba de forma brillante con voz muy modulada y encantadora e interpretaba con pasión los personajes teatrales del momento.
La archiduquesa Margarita de Austria, hija del emperador Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que era muy amiga de Sir Thomas Bolena, invitó a su hija Ana a vivir con ella. Llegó en la primavera de 1513, causando una gran impresión, hasta que por orden de su padre se trasladó a París en el invierno de 1514.
Ana fue dama de honor de Claudia de Francia. Siempre se le requerían sus servicios de traductora cuando algún importante invitado inglés visitaba la corte francesa. En este periodo parisino, Ana completó su educación del francés, además de profundizar en la cultura francesa y en el protocolo de su corte. Además se interesó por la ética que se le reclamaba ya en esos momentos históricos a la Iglesia, para que hiciera una profunda reforma.
Nunca Ana fue valorada como una mujer de gran belleza, pero sí destacaba por poseer un gran encanto personal. Era delgada y no muy alta, tenía una piel demasiado morena en comparación con otras mujeres inglesas y que le hacía tener un aspecto exótico, en un mundo donde la palidez era considerada como un canon de belleza. Tenía un pelo negro con una larga melena suelta. Sus ojos eran negros y resultaban muy atractivos a todos.
El encanto de Ana Bolena no era tanto el aspecto físico como su fuerte personalidad, su gran ingenio y su creatividad. Destacaba en el canto, su capacidad de componer música, bailaba muy bien y era una gran conversadora.
Ana regresa a Inglaterra en el año 1522, entrando en la corte inglesa con el rango de dama de la reina Catalina de Aragón, que era la primera esposa de Enrique VIII e hija menor de los Reyes Católicos.
Su primera participación en la Corte inglesa fue en marzo de 1522, cuando en un baile de disfraces, baila una danza muy difícil en compañía de la hermana menor del rey junto a otras damas. Esta actuación de Ana le supuso darse a conocer y ser la referencia a partir de ese momento de la Corte.